Columna: Clemente sería un error histórico

Por Sergio Vera.

Nadie en su sano juicio va a negar la habilidad y experiencia legislativa del emecista Clemente Castañeda. Sus recursos para negociar y posicionar temas han sido reconocidos en diversas ocasiones. Pero como diría el clásico: una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa.

Me llama la atención que busquen posicionarlo como aspirante a la gubernatura del estado. Seamos serios: Clemente no tiene nada que hacer ahí, por más que sea un activo importante del emecismo.

Revisemos los hechos: su experiencia ejecutiva es nula. No se le reconoce como líder y especialista en tema de decisiones, porque simplemente nunca lo ha sido.

Está fuera de la jugada. Su labor en el Senado lo ha obligado a alejarse de la realidad que vive día a día el estado en sus calles, con las personas. No se puede aspirar a gobernar un lugar en el que ni siquiera se vive.

Su reconocimiento como aspirante está por los suelos. Hay encuestas que lo ponen incluso milésimas debajo de Alberto Esquer, lo cual ya es ridículo. En la más reciente medición electoral de Demoscopia Digital, Clemente aparece con 5.5% de las preferencias, muy lejos del 55.6% de Pablo Lemus, alcalde de Guadalajara, por mucho el aspirante mejor posicionado.

Hace unas semanas, el periodista Diego Petersen escribió que Clemente tenía tres meses para crecer. Las mediciones indican que esto no está sucediendo, lo cual es más o menos obvio: no se le ve activo, reuniéndose con sectores importantes. Probablemente su actividad más destacada desde entonces fue un viaje a Nueva York en la misma semana en la que Enrique Alfaro estuvo por allá. Y párenle de contar. El caballo del alfarismo se ve muy flaco.

Clemente Castañeda es importante para el emecismo y, sobre todo, para el alfarismo, sin duda, pero él mismo debe aceptar que su postulación sería un error histórico para el partido naranja, pues prácticamente le entregaría a Morena su estado bastión.